Seyed Ruhollah Al Musawi Jomeini, un gnóstico revolucionario

Conferencia a cargo de Raúl González Bornez, Presidente de ONG Musulmanes por la Paz, Teólogo Chiíta, Doctor en Ciencias Islámicas
Martes 17 de marzo, 2015.
Espacio Ronda Madrid.

El nombre de Jomeini evoca ideas relacionadas con política y religión, en especial con la revolución islámica de Irán de 1979, pocas personas conocen la faceta del Jomeini místico, filósofo y poeta, en parte por las casi inexistentes traducciones al español que hay de su trabajo en estos campos. La mayoría de biógrafos occidentales del eminente clérigo iraní basaron sus trabajos de forma exclusiva en su papel como dirigente y fundador de la Revolución Islámica de Irán, poniendo muy poca atención en su trabajo como humanista. Cosa diferente con sus biógrafos orientales quienes mostraron casi siempre una faceta más completa del ayatolá, aunque volvemos a tropezar con la misma piedra (la falta de traducciones al español). (comentario de Bilal Portillo en www.redislam.net)

La figura del Imam Jomeini será abordada en este taller por Raúl González Bornez, Doctor en Ciencias Islámicas y Presidente de la ONG Musulmanes por la Paz (MPP). Raúl Gonzalez ha estudiado en la Universidad Internacional Al-Mustafa de Qom, Irán la Licenciatura en Estudios Coránicos y Hadíz, además de Estudios de filosofía Islámica y gnosis. Ha publicado la traducción comentada del Sagrado Corán en la Editorial Miraguano y es autor de numerosos artículos en las áreas del análisis político-social y religioso. Traductor de algunas obras y artículos del Imam Jomeini al castellano:  El gobierno Islámico, Comentarios de la sura Al-Fátiha, Comentario a cuarenta hadices, La etiqueta de la oración, Tratado de Leyes prácticas…

Como muestra del aspecto sufí y místico del Imam Jomeini adjuntamos a continuación el poema titulado El Refugio de los Embriagados

No hallé pureza en las sesiones de los derviches.
En el claustro, no escuché a nadie clamar Su nombre.
No encontré al Amigo en los libros del seminario,
en la cima del minarete, no vi la llamada del Amado.

No descubrí nada en los libros académicos,
las enseñanzas de las Escrituras no me condujeron a ningún lugar.
Pasé mi vida en el templo y pasó la vida en vano,
entre mis compañeros, no encontré ni aflicción ni consuelo.

Al círculo de los amantes me dirijo y allí encuentro
la brisa que proviene del jardín del enamorado, y huellas.
El “nosotros” y el “yo” de la razón son amarras.
No hay tal “yo” ni “nosotros” en el refugio de los embriagados.