Gladys Aylward: La pequeña mujer que impactó una nación

Conferencia impartida por Sergio Rosell Nebreda,profesor del Seminario Evangélico Unido de Teología de Madrid
Martes 2 de febrero, 2015.
Espacio Ronda Madrid.

Gladys Aylward nació en 1902 en Edmonton, en el norte de Londres. Desde muy joven tuvo que trabajar como sirvienta para poder mantenerse. En su adolescencia, Gladys leyó en una revista un artículo sobre China y decidió ser misionera.  Fue rechazada por la escuela que preparaba misioneros por su escasa formación académica y por ser demasiado mayor, 26 años, para aprender el chino. Lejos de desanimarse, Gladys escribió a una misionera de 73 años de la que había oído hablar, Jeannie Lawson, que trabajaba en China y buscaba a mujer más joven para continuar su trabajo. Ésta decidió aceptarla siempre y cuando se costease el viaje de Inglaterra a China. La chica tuvo que trabajar de nuevo como sirvienta durante años para poder reunir el dinero.

Finalmente en 1930 y sin haber salido nunca antes de Londres, Gladys inició su viaje con apenas dos libras y nueve peniques en el bolsillo. Viajando en el tren Transiberiano, el medio más barato, cruzó todo el continente y la Siberia rusa de Stalin en plena guerra con China. Allí fue obligada a bajar de su tren y encontrar un modo alternativo de transporte. Navegó hasta Japón y de allí a Tientsin, y después, tren, autobús y mula hasta llegar finalmente a su destino, Yangchen, en la provincia montañosa de Shansi, al sur de Pekín.  Allí trabajó junto a la misionera Lawson en un mesón en donde daban refugio a los viajeros y predicaban el evangelio. Gladys aprendió chino para poder comunicarse con los habitantes de aquellas zonas rurales y comenzó poco a poco a ganarse el cariño de la gente. Tras la muerte de la señora Lawson, ella siguió con el trabajo en la posada. Un día Gladys vio a una mujer indigente, acompañada por una niña desnutrida que en realidad era huérfana. La mujer había secuestrado a la niña para utilizarla como reclamo en sus limosnas y la misionera decidió “comprar” a la niña y llevársela consigo a la posada. Poco tiempo después, acogió a otro huérfano y después otro… En 1936, Gladys Aylward se hizo oficialmente ciudadana china para evitar que pudieran separarla de estos huérfanos, que ya superaban la centena.

Entre tanto, las relaciones entre China y Japón estaban cada vez peor y en 1938 el ejército japonés invadió finalmente China, lo que dejó en una peligrosa situación a cientos de niños alejados de sus familias. Tratando de salvar sus vidas, Gladys accedió a conducirles a través de las montañas hasta la provincia de Sian, en donde se les había garantizado protección. Para ello, la misionera tuvo que guiar a cien niños viajando a pie trescientos ochenta y seis kilómetros a través de las montañas y con el ejército japonés pisándoles los talones. Tras 27 largos días, llegaron por fin a Sian y sólo cuando los niños estaban ya a salvo, Gladys se permitió caer, desfallecida, enferma, sufriendo fiebre, neumonía e incluso alucinaciones. Regresó a Gran Bretaña en 1948, convertida en toda una leyenda. Su fama se incrementó con la pelicula “El albergue de la sexta felicidad”, protagonizada por Ingrid Bergman.

Nuestro ponente, Sergio Rosell Nebreda es doctor en Nuevo Testamento por la Universidad de Pretoria (Sudáfrica) y licenciado en Sagrada Escritura por la Universidad Pontificia de Comillas. Es pastor-coordinador de un proyecto de evangelización en la zona Noroeste de Madrid y profesor en el Centro Teológico Koinonia y en el Seminario Evangélico Unido de Teología de Madrid.